Los astronautas estadounidenses Barry “Butch” Wilmore y Sunita “Suni” Williams se encuentran atrapados en la Estación Espacial Internacional (EEI) después de que su nave, la *Starliner* de Boeing, experimentara una serie de fallos técnicos que comprometieron su seguridad. Entre los problemas reportados se incluyen fugas de helio y fallos en los propulsores, lo que llevó a NASA a decidir que la nave debería regresar a la Tierra sin tripulación. Esto obligó a los astronautas a permanecer en la EEI más allá de la duración prevista de su misión.
Actualmente, se espera que los astronautas regresen a la Tierra en septiembre de 2024 a bordo de la cápsula *Crew Dragon* de SpaceX, que ha sido enviada para su rescate. Sin embargo, algunas fuentes indican que, si las condiciones no son favorables o si surgen problemas adicionales, existe la posibilidad de que el regreso de los astronautas se postergue hasta 2025.
Este retraso en el regreso no solo pone de relieve los desafíos técnicos asociados con las misiones espaciales tripuladas, sino que también ha suscitado una mayor vigilancia sobre la fiabilidad de los vehículos espaciales comerciales. El Congreso de los Estados Unidos podría usar este incidente como motivo para reevaluar las asociaciones de la NASA con contratistas como Boeing, particularmente en cuanto a la seguridad y cumplimiento de estándares.
El incidente ha atraído una considerable atención mediática y ha provocado debates sobre la seguridad de los futuros vuelos espaciales tripulados, resaltando la importancia de la redundancia y el apoyo en el espacio.